148. The Most Good You Can Do – Peter Singer

Peter, Peter, Peter…

Otro de esos autores que me habían perseguido. Uno de esos nombres a los cuales yo, con mucha gala y estilo, les hacía el quite, les rehuía, tomando otros tomos. Caí en cuenta de sus escritos en una clase de ética durante mi formación universitaria: debíamos profundizar en el utilitarismo. Sí, él escribe desde esta postura: la maximización del bienestar para un mayor número de personas; las decisiones éticas en función de su impacto; la reducción el sufrimiento. O, ¡algo así! Estuve más cerca de perder esa clase de lo que me gusta confesar. Más tarde aparecería en mi vida el documental Earthlings (2005, Shaun Monson): un manifesto pensado para aburrirnos crónicamente de la idea de consumir carne. Bueno, se le abona a ese film el presentar la idea de ‘especiecismo’. Pero, Peter apareció allí de nuevo, en las conversaciones que siguieron a su reproducción.

Más tarde, entre más metía mis manos en el mundo del patrimonio natural, de la producción de alimentos, de los derechos de los animales, su nombre seguía surgiendo una y otra vez. Especialmente intenso fue el debate que tuvo lugar en El Dilema del Omnívoro cuando Michael Pollan reflexionaba sobre sus decisiones alimenticias mientras iba explorando la producción de alimentos en diferentes modelos. Él se vio obligado a preguntarse sobre su propio consumo de carne, especialmente después de ‘adoptar’ un becerro y decidir cazar un puerco salvaje. Eso sí, siempre venía el mismo título sin importar el libro, artículo o documental: Liberación Animal (1975). Siempre ese: en charlas, documentales, otros libros.

Uno tiene que narrar las historias que lo llevan a escoger un libro. Hay ocaciones en que son caprichos, otras recomendaciones. Pero, siempre (a mi modo de ver) el proceso que lleva a abrir un libro estará indisolublemente atado a la experiencia del libro. Lo he dicho siempre y lo repetiré: un libro, la experiencia lectora, no es algo perfectamente seccionado, sino que está envuelto en lugares, pensamientos y personas. ¡Amén! Ahora la historia: durante mi formación superior (de maestría) -así como durante la pandemia- me aquejaban dilemas: ¿de qué manera iba la crisis a afectar a las comunidades más vulnerables? ¿Cómo se desarrollaban los procesos de contención de la enfermedad? ¿Pensando en quién y por qué? ¿Qué iba a ser del proceso después de la pandemia? Pensé en leer algo de ética -de esa rama de la filosofía cuya clase por poco pierdo-, buscando tanto consuelo como ideas; recordé a Peter. En el buscador de la librería universitaria encontré este título: The Most Good You Can Do.

Living a minimally acceptable ethical life involves using a substantial part of our spare resources to make the world a better place. Living a fully ethical life involves doing the most good we can.”. (p. vii)

Así, sin más me senté en esas frías tardes danesas, haciendo tazas de café hasta determinada hora, luego continuando con té -porque hay que dormir. Tenía que usar mi tiempo de alguna manera -sin trabajo, ni universidad, ni espacios cerrados, y con ese frío de afuera- ahondaba en los libros. Este en particular no fue difícil, algo que no esperaba de un libro de filosofía; bueno, hay que pensar que este es un libro de masas. Además, lo leía en inglés, tampoco se me complicó. Es del tipo de inglés al que estoy acostumbrado: ¡el estadounidense! Aunque el autor es australiano, en mi cabeza le ponía un acento como de actor canadiense; ¡vaya a saber uno por qué!

“Effective altruism is based on a very simple idea: we should do the most good we can”. (p. vii)

Desde temprano en la lectura empecé a pensar en el panorama cultural dentro del cual pensaba que se enmarcaba el libro. Como lo imaginaba estadounidense, leía entre líneas permanentemente una infraestructura puritana. No estaba tan equivocado: Australia también fue colonia inglesa, luego receptora de migrantes blancos europeos, y ha seguido un proyecto colonial de Estado-nación básicamente en lineas Occidentales. Ahora, habiendo aclarado esto, sigo creyendo que los problemas planteados en el libro y la manera de abordarlos tiene mucha afinidad con el discurso y la cosmovisión cristiana: con la reducción del sufrimiento siendo tan central, la ayuda al prójimo estando todo el tiempo presente, la centralidad de la limosna, o la idea del sacrificio (que mal que bien, siempre estuvo allí). A pesar de no ser un conocedor en el tema sigo creyendo que la conversación sobre la ética, al menos en Occidente, sigue empapada de religión.

Luego, en un giro un poco Rayndiano -entiéndase de Ayn Rand la autora de La Rebelión de Atlas– el tipo específico de altruismo del cual Singer habla, el altruismo efectivo, le pone números, porcentajes y capital a la idea de ayudar para reducir el sufrimiento: aplicando la razón para hacer el bien. La idea es usar evidencia y razón en nuestras decisiones éticas: maximizando su impacto. A lo largo del libro hay un importante énfasis en lo monetario. Una suerte de mentalidad de ‘rendimiento ético’, por así decirlo, viendo la ética y el activismo como inversión, su impacto como ganancias. Ahí las cosas se fueron complicando para mí…

The best way of maximizing the amount you can give will depend on your individual circumstances and skills, but trying to live without at least a modest level of comfort and convenience is likely to be counterproductive”. (p. 28)

Las propuestas hablan mucho de acciones individuales. Hay poder en eso, lo reconozco, pero ¿y la acción colectiva? Pensar en maximizar el impacto de una acción, reduciendo lo más que se pueda el sufrimiento humano, es un bus en el que me puedo montar; pero, ¿qué con los cambios estructurales? A pesar que tomarán más tiempo, ¿no son también una inversión adecuada? Veía en sus ejemplos, sus casos de estudio, mucho de acciones paliativas para minimizar errores dentro del status quo, más no buscar su corrección. 

What unites all these acts under the banner of effective altruism? The definition now becoming standard is a ‘philosophy and social movement which applies evidence and reason to working out the most effective ways to improve the world’.”. (p. 4-5)

Además, hay unos serios problemas en lo referente al acceso a la información y el acceso al capital: sus ejemplos giran principalmente en torno a personas altamente formadas, con acceso a múltiples canales de comunicación, personas que tienen el privilegio de la decisión sobre su vida (¡pueden escoger vivir simplemente!). ¿Acaso las acciones éticas, el altruismo efectivo, pueden ser solo un ejercicio de élite? ¿No es acaso el utilitarismo -corriente dentro de la cual se anida este altruismo- una herramienta de justificación para tomadores de decisiones -jefes de estado y administradores- que «deciden» por el destino de miles?

So they don’t give to whatever cause tugs most strongly at their heartstrings. They give to the cause that will do the most good, given the abilities, time, and money they have available”. (p. 7)

No sé… No lo sé todavía. Siento que apenas rasqué la superficie de este debate. También que este libro no solucionó mis preguntas, ni alivianó mi alma. ¡Qué venga el próximo libro! ¿Será hora ya para Liberación Animal? Veganos, ¡ténganse!

In affluent nations a sizeable segment of the population lives very comfortably and does not have to worry about economic security. In these circumstances, the need to find meaning and fulfillment in life comes to the fore, and many people return to effective altruism as a way of giving their lives a purpose it would not otherwise have. Moreover, substantial wealth is now coming to a new generation of people who work in areas that analyze data and evidence. They are likely to be more ready to embrace the idea of giving based on doing the most good as opposed to giving based on family traditions, social conventions, or personal feelings. ”. (p. 94)

Bibliography:

  • The Most Good You Can Do: How Effective Altruism is Changing Ideas About Living Ethically
  • Peter Singer 
  • 211 páginas
  • Yale University Press
  • 2015