Extreme Ownership.

Hay siempre una especial satisfacción al terminar un libro es una lengua que no es la materna.

Es común que las traducciones sean deficientes, logrando así que en el camino de un idioma al otro se pierdan cosas. Se pierde algo de la gracia, se pierde un poco de la prosa, se pierde un poco de la identidad del libro, y la personalidad del autor termina siendo trastocada por otra personalidad: la del traductor. La traducción es una labor monumental. De no ser por estos paladines de la letra y los diccionarios bilingües nunca llegarían a mis manos hispano parlantes un sinnúmero de obras. Obras estas que por su poca demanda en su lengua original no valdría la pena traer pues no sería rentable.

Sin embargo, ahí nosotros tenemos importantes faltas: por un lado, no producimos suficiente en nuestra propia lengua; por otro, fallamos estrepitosamente en nuestro manejo de idiomas extranjeros. Mientras el mundo se está convirtiendo con velocidad en políglota, nosotros seguimos aferrados a una idea de siglos pasados: ¡aprender inglés porque es el idioma universal! Ante tal pseudo-axioma yo sólo puedo decir ¡BAH! Eso tal vez fue así en los tiempos en que el sol no se ponía sobre el Imperio Británico, o cuando si no acechaba el león de la Corona era posible encontrar un estadounidense haciendo negocios. Ellos se repartieron el mundo.

Hoy las cosas han cambiado: ¡muchos más actores se mueven en la esfera internacional! Hay que aprender cuantos idiomas sea posible –los que yo quiero aprender son: francés, portugués, turco, árabe, ruso y otro más aún no sé cuál, ¿alemán? Cada idioma es una herramienta, es una llave, una que permite conquistar naciones, colonizar imperios, abre las puertas a civilizaciones enteras. ¡He ahí la utilidad de los otros idiomas! ¡Son medios, no fines!

Y uno siente el poder de una lengua realizando esa pequeña gran conquista que es leer un libro en otro idioma. En mi caso Extreme Ownership: How US Navy SEALS Lead and Win escrito por Jocko Willink y Leif Babin.

Leer de vez en cuando un libro sobre liderazgo –y en general sobre desarrollo/superación personal- tiene algo de liberador: da al lector una sensación que todo es posible si tan solo se cree firmemente en ello. Antes no creía y hasta rechazaba estos libros. Es cierto, no son las obras literarias, pero si uno quiere helado no lo pide en una compra venta de joyas: los libros sirven determinados fines. Hay libros que entretienen, otros enriquecen, otros enseñan sobre temas específicos. No estoy del todo seguro en cuál categoría entran estos libros, pero lo hacen en alguna.

Desde hace relativamente poco comencé a leer estos libros. Empecé con Padre Rico, Padre Pobre, estoy escuchando Think and Grow Rich, y también tengo en mi haber otro par. He decidido irlos incorporando a mi lista de libros, tomarlos de vez en cuando, me dan recomendaciones e ideas sobre la vida, las relaciones con las personas y cómo trabajar conmigo mismo. Como dicen por ahí “gobierna a tu mente antes que ella te gobierne”. Uno mismo puede ser su mejor aliado, pero también su más férreo enemigo. Creo no estar hablando solo por mí, cuando digo que esto es cierto. He disfrutado leyendo estos libros y me han enseñado; esto es algo que no puedo negar. Pero, como no suelo disfrutar la manera en la cual están escritos, ni las historias que cuentan, entonces los consigo como audiolibros. De esta manera los voy escuchando mientras saco a mi perra, camino o hago tareas de la casa. Los busco en inglés para poder practicar.

El caso de Extreme Ownership es uno de un libro que me ha agradado más que los otros por una razón simple: se ata a temas que con anterioridad me gustaban. A diferencia de muchos de los libros de liderazgo que uno encuentra, éste presenta ejemplos para cada uno de los principios que busca enseñar. Primero se presenta una aplicación del principio en el ámbito militar; luego, se explica el principio; y, por último, es mencionado un caso del mundo de los negocios dónde la aplicación de determinado principio haya ayudado en la superación de una barrera. Es entretenido, en especial en los momentos que los autores se trasladan a Ramadi o a algún campo de entrenamiento de los SEALs. Para quienes nos guste la historia militar, o en general, libros de guerra, este libro es una buena manera de inmiscuirnos en otros temas. ¡Aprendemos de liderazgo mientras leemos sobre guerra! Eso ha de llamar la atención de más de uno.

Sin interés de dañar el contenido del libro para nadie, sino a modo de abrebocas –y de recordatorio para mí- los principios presentados en el libro son:

  1. Extreme Ownership
  2. No Bad Teams, Only Bad Leaders
  3. Beleive
  4. Check the Ego
  5. Cover and Move
  6. Simple
  7. Prioritize and Execute
  8. Decentralized Command
  9. Plan
  10. Leading Up and Down the Chain of Command
  11. Decisiveness amid Uncertainty
  12. Discipline Equals Freedom –The Dichotomy of Leadership

Ahora, algunas citas:

  • “But combat is reflective of life, only amplified and intensified. Decisions have immediate consequences, and everything –absolutely everything- is at stake.” (pág. 12)
  • “As a leader employing Extreme Ownership. Of your team isn’t doing what you need them to do, you first have to look at yourself. Rather tan blame them for not seeing the strategic picture, you must figure out a way to better communicate it to them in terms that are simple, clear, and concise, so that they understand. This is what leading down the chain is all about.” (pág. 230)
  • “In combat as in life, the outcome is never certain, the picture never clear. There are no guarantees of success. But in order to succeed, leaders must be comfortable under pressure, and act on logic, not emotion. This is a critical component to victory.” (pág. 253)
  • «When the boss makes a mistake but then owns up to that mistake, it doesn’t decrease respect. Instead, it increases respect for that leader, proving he or she possesses the humility to admit and own mistakes and, most important, to learn from them.” (pág. 287)

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