El Hidalgo de Bragueta y Otras Fábulas de Iriarte – Alfredo Iriarte.
Este libro es una mamadera de gallo permanente. Es un chiste. Es una afrenta a las buenas costumbres. Es un ataque a la regia gente del pueblo colombiano. Hasta dónde voy yo, se supone que las fábulas son aquellas que traen una moraleja al final; en cambio, todavía estoy esperando las conclusiones de las de Iriarte. Eso sí, hubo una satisfacción inmediata, que fue la risa, pero la enseñanza… ¿Será que la tengo que buscar?
¡Qué mal! Ahí vuelven y atacan el facilismo y la pereza -tan abundantes localmente pero no mencionados entre estas páginas.
Fábula, según el diccionario de la Real Academia Española –santísimo sea el diccionario virtual-, es un: “Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica o crítica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.” Bueno, puede ser didáctica o crítica. Me inclino por la segunda, no veo mucha enseñanza en el contenido de estas fábulas más que enseñar a través de la crítica: cómo idealizamos la guerra, el machismo y la sexualidad, etc. Ahí están, tan solo que pensar da pereza.
Veamos pues si le encontramos algún sentido a esta obra disparatada.
Primero, está la ‘fábula’ El Hidalgo de Bragueta, cuya línea final es: “sino que aún en la edad provecta nos mantiene a salvo de la vergüenza y la ignominia de mear sentados” (pág. 67). Algo tendrá que ver con el machismo este cuento de súper reproductores capaces de engendrar y engendrar otros machos en una hilera ininterrumpida de buenos genes y hombría… ¿Por qué no vale lo mismo una vida femenina que una masculina? Además, ¿cuál es el sentido de encontrar el valor propio en una función biológica fuera de nuestro control como lo es procear?
¡Eso de buscar no me gusta! Hay que pensar…
Segunda fábula El Apestoso Martirio de una Biblioteca “Y desde el día mismo que la recibimos, todas las noches, después de orar por su eterno descanso, las tres pasamos largas horas leyendo estos libros incomparables, que tanto nos han enriquecido el conocimiento y enaltecido el espíritu.” (pág. 97) ¡Que va! Lo que dice ella es pura mierda, eso es lo que debieron de aguantar esos libros: ¡mierda y más mierda! ¿Será que en ese camino irá la moraleja? ¿En torno a cómo aparentamos ser algo y a la hora de la verdad no hay más que eso? ¿MIERDA? ¿A que las “buenas costumbres” no son más que eso? ¿MIERDA? Buenas costumbres puertas afuera, mierda de para adentro, ¡ese es el slogan del pueblo criollo!
Tercero, El Buen Cornudo “Y a propósito, dime una cosita: ¿nunca más volviste a ser infiel desde aquella vez?” (pág. 128). ¡Pobre pendejo! ¡Eso si es un buen cornudo, el bobo que hace tamaña pregunta! Entregar el lecho por el afrecho. Sacrificar la noche para salvar el día. Entregar lo inmaterial por lo material. Difícil balanza.
Cuarto, La inverosímil Conspiración del Burro ja, ja, ja, buenísimo, me distraje, no saque cita alguna… ¿No será que es mejor la promiscuidad de un burro que la gloria política? Este me tiene pensando un poco más que los otros en torno a las raíces de la violencia política colombiana… ¿Será que la plata tendrá algo que ver?
Quinto, Fiat Lux “La Conversión de Stalin” (pág. 158) ¿Qué hace de un problema un problema? ¿Qué decidamos que así sea? ¿Qué le demos importancia? ¿Así no sea trascendental? ¿Dejamos de lado lo cercano por lo que tiene apariencia de ser importante? ¡Estoy embolatado!
Sexto Cómo Ganar Las Guerras en los Mapas. Pues, la respuesta es fácil: ¡haciendo caso omiso de todo lo que pase alrededor! Las guerras se ganan siempre que no existan, eso es un axioma. Qué tan curioso es eso del guerrero observador.
Entonces, ¿qué nos quiere decir Iriarte a la nación colombiana? Hay unos cuantos mensajes allí: clasista, belicista, machista, que vive de apariencias, pobre, costumbrista, reprimida… ¡Rayos! Le tiró duro. Tantos comentarios entre bromas. ¿Se puede aprender a través de la risa? Bueno, ese es otro tema.
Un libro diferente, y pensar que me llevé este libro al colegio siendo un niño y que lo presenté a mis compañeros… ¡Gracias mamá! Excelente recomendación, para nada salida de contexto…
Mejor explico esto.
Esta es la segunda vez que leo este libro. La primera pudo haber sido por ahí hace unos doce años, tal vez más. El ejercicio era Libro de Libre Elección en clase de Español. Tenía que leer durante un periodo un libro, luego exponerlo ante mis compañeros. Habiendo tantos libros en casa pregunté a mi madre por uno para leer, a lo que me recomendó éste. Muchos años después de haber pasado frente al pelotón de fusilamiento yo le pregunté sobre ese mismo libro a lo que me responde: “no sé por qué te lo recomendé, si ni siquiera me lo he leído”. Bueno, háganse la idea a la cabeza de un pre-adolescente intentando explicar a sus amigos sobre planchas con carbón, castración ritual y limpieza del culo con papel higiénico religioso…
Bibliografía:
- El Hidalgo de Bragueta y Otras Fábulas de Iriarte
- Alfredo Iriarte
- Seix Barral
- 2000
- 165 páginas
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