El Libro Negro de Andrés Castro Caicedo.

El Libro Negro de Andrés Castro Caicedo: La huella de un lector voraz.

Para entrar a hablar de este libro hay que precisar unas cosas de entrada: la primera, que no es un libro sino un anecdotario de lectura que fue publicado póstumamente, y, la segunda, que no soy simpatizante de la obra de Caicedo.

Antes del primer comentario es necesario entrar a comentar el cómo llegó este libro a mi poder: como siempre, ¡las historias detrás de los libros! Me lo prestó una amiga dado que “lo que tú piensas hacer es algo como esto que hizo Caicedo, a lo mejor te sirva”.

¡Pues… no me termina de parecer del todo!

Aunque sí, hay una serie de puntos que aprendí con la lectura y que son pertinentes para este ejercicio. Primero, ser juicioso con la bibliografía de los libros. Otros querrán leerlos, la bibliografía no solo es para respetar a los autores sino para permitir más lectura. Segundo, anotar citas del libro que se lee es obligatorio tanto para uno mismo como para quien revisa sus apuntes. Tercero, hay que tener cuidado con el lenguaje utilizado: importa tanto el contenido del mensaje como la manera en la cual está siendo presentado.

Al caso. Los comentarios que hace Caicedo de casi todos los libros que él leyó son en general antipáticos, negros, despectivos. Para la muestra, un botón:

  • Sobre La Ciudad y Los Perros de Mario Vargas Llosa: “La novela, de absorbente interés, se convierte a la larga en un enervante testimonio de ese estigma que lleva la juventud en sus espaldas: la violencia, la falsa virilidad instituida por los militares, los pedestales podridos en los cuales se levanta toda la juventud de hoy, alimentándose de ellos, condenados a la irrevocable sentencia de no producir nada nuevo, aunque claro, la esperanza es lo único que se pierde.” (Pág. 73)

¿Cuál es la necesidad de hablar de esa manera?

¿O será que en ese momento era lo que se esperaba de una persona en los círculos que él rondaba, que precisamente hablase de esa manera?

Veo innecesario el lenguaje utilizado, llega uno a pensar que lo que quiere es destruir al otro. Me pareció mientras leía que ésta no es una obra necesaria, sino que solamente hace parte de un Caicedo®, un intento por aprovechar la imagen (cargada de símbolos y romanticismo) por la posibilidad de ventas que ella podría acarrear.

Sin embargo, saliendo en su defensa: es necesario recordar que este era un documento privado, sacado de su casa y hecho público. En él Caicedo hablaba consigo mismo más que con los demás…

  • “La lectura siempre es un encuentro con un extraño a quien dejamos ingresar impúdicamente en nuestra intimidad…” (Pág. 6)
  • “Las bibliotecas se forman por acumulación; sabemos que las primeras bibliotecas privadas son bibliotecas de conquista, producto de la guerra y del saqueo, y que esta acumulación obedece a un afán económico –los libros son bienes escasos y costosos- y a una doble necesidad de estudio y entretenimiento.” (Págs. 8-9)
  • “La idea del sabio estudioso fue reemplazada casi en su totalidad por la idea de que la lectura es una pérdida de tiempo (de tiempo productivo, se entiende).” (Pág. 17)

Bibliografía:

  • El Libro Negro de Andrés Castro Caicedo: La Huella de un Lector Voraz.
  • 176 páginas.
  • Grupo Editorial Norma.

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