La Legión Perdida de Santiago Posteguillo.
Este libro cuenta una excelente historia. La historia del más grande emperador que Roma haya tenido jamás. No es Augusto. Mucho menos Cayo. Tampoco Nerva.
Sino: Trajano.
La Legión Perdida es una novela histórica sobre la única expedición militar romana que haya sido exitosa sobre territorio parto, pero también es sobre la menos exitosa de todas. El libro recibe su nombre por el paralelo que hace el autor con la expedición de Craso, por allá en los momentos cuando la República Romana se tambaleaba y la autocracia estaba a la vuelta de la esquina. La historia es muy interesante. Es el hombre más rico de Roma liderando una campaña militar contra un imperio consolidado y fuerte. Es también la de un emperador guerrero que será sucedido por un emperador amante del arte.
Para todos quienes como yo amamos la historia y nos interesa el mundo antiguo, este libro es una buena adición para la biblioteca. Pese a su tamaño y peso es un libro realmente fácil de leer –especialmente en cuanto a su lenguaje. Es increíble cómo Posteguillo intenta, y logra, dar una dimensión mundial a su libro. De hacer una lectura sistémica de las relaciones internacionales desde la literatura, en un momento de la historia dónde cada Imperio vivía su vida por sí solo, sin interesarse en más que los bárbaros que tenía a sus pies, o en sus fronteras.
Lo que más me gustó de este libro es que me haya hecho pensar dos veces sobre uno de mis libros favoritos Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar. La imagen que de Adriano presenta Posteguillo es diametralmente opuesta a aquella que trae Yourcenar. ¿Será hora de volver a leer Memorias? Al romántico de la primera, viene el calculador de la segunda. Al meditativo de Memorias, viene el calculador de Legión. Seguramente ambas son ciertas…
También me dejó inquieto la figura de Lusio Quieto… ¿Habrá sido así como lo pintan? ¿Si habrá merecido ser el sucesor de Trajano? De haberlo sido, ¿cómo habría cambiado la historia? ¿Sería posible una Roma todavía más grande? ¿O el emperador daba igual y el camino de Roma seguiría siendo el mismo? ¿Qué tal una Roma que se hubiese extendido hasta la China? ¿Habría sido eso posible? ¿O no sería ver los imperios de antaño con los ojos de los imperios de hoy? Según Posteguillo era ése el sueño de Trajano, un verdadero hombre de Estado. Alguien que pensó en economía, comercio, seguridad, estabilidad, equilibrio, estrategia.
Me pregunto casi con rabia: ¿por qué no he leído más de él?
- “La vida, muy velozmente, le estaba enseñando lo estúpido que uno podía llegar a ser por creerse mejor que el resto.” (pág. 253)
- “Bien. Esta lección es breve: cuando tengas problemas graves, usa todo lo que creas que pueda ser útil para encontrar la solución, pero cuando nada haya hecho efecto, entonces usa también todo lo que creas inútil, pues el mundo está lleno de sorpresas.” (pág. 278)
- “Pronto pasarás a ser una leyenda, luego sólo una sombra destinada al olvido.” (pág. 997) / Ésta me recuerda de una cita de Marco Aurelio: “Luego hazte la pregunta: ¿dónde está ahora todo esto? Humo, cenizas, leyenda, o, tal vez, ya ni siquiera leyenda.”
- Respice post te! Hominem te ese memento.
Bibliografía:
- La Legión Perdida.
- Santiago Posteguillo.
- 1152 Páginas.
- Editorial Planeta.
- 2016
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