A Walk in the Woods – Bill Bryson

A Walk in the Woods: Rediscovering America on the Appalachian Trail

– Bill Bryson

“There is no point in hurrying because you are not actually going anywhere”. (p. 71)

“I understand now, in a way I never did before, the colossal scale of the world.”. (p. 274)

Hay días en los cuáles uno se levanta y decide salir a hacer algo distinto. Hay días -parece que para ciertos hombres, de cierta edad, de cierto color de piel y de cierta afluencia- dónde lo que uno decide por hacer es caminar durante miles de kilómetros en uno de los senderos más largos del planeta: El Appalachian Trail.

Antes de seguir hay una explicación que quiero hacer con muchísimo interés. El AT -como se le conoce popularmente- es un sendero en la costa Este de los Estados Unidos de América que va desde la Montaña Springer en Georgia hasta el Monte Katahdin en Maine. La distancia cambia con los años -por ejemplo, con su mantenimiento-; así y todo, fácilmente supera los 3,000 kilómetros. El AT junto con el PCT (Sendero de la Cresta del Pacífico) y el CDT (Sendero de la División Continental) conforman la ‘Triple Corona de Senderos de larga distancia’ de Estados Unidos. En los últimos años estos senderos -y las actividades al aire libre- han ganado muchísima popularidad gracias a mayor visibilidad (e.g. Free Solo de Jimmy Chin acompañando al escalador Alex Honnold), libros y sus películas (e.g. Wild: From Lost to Found on the Pacific Crest Trail de Cheryl Strayed y película Wild de Jean-Marc Vallée protagonizada por Reese Witherspoon; Into the Wild de Jon Krakauer y la película dirigida por Sean Penn, dónde actúa Emile Hirsch; y varios etc. más) y amplísima publicidad.

Ahora sí, continuando tras ese largo paréntesis. Este libro es la crónica de viaje sobre la aventura de Bryson junto con el único loco que pensó en acompañarlo: Stephen Katz. En el libro el autor narra su expedición de la totalidad (¡sí, la totalidad!) del AT (no, no fue todo el sendero si nos ponemos de puristas). Hay de todo en este libro y es comiquísimo. Es un texto casi que obligatorio para los entusiastas del aire libre en Estados Unidos. Bueno, es más bien obligatorio pues es lectura frecuente en los colegios.

En fin, este es uno de esos libros que son muy importantes para mí. Me gusta presentarme como alguien a quien le gustan los deportes al aire libre. Buena parte de mi identidad proviene de ese enunciado, junto con lo que ello implica. Desde hace un buen tiempo he venido sopesando en realizar una larga caminata. Primero pensé en el Camino de Santiago de Compostela (mencionado en los Pilares de la Tierra de Follet y en películas y documentales), pero perdí interés; luego, vino la idea del PCT -y aún hoy está ahí-; hoy, planeo algo más ambicioso. Donde sea que termine tengo un sueño, y fue ese sueño el que me llevó a este libro, y ese sueño influenciará libros a lo largo de los años. Ya hay docenas en mi lista de libros por leer en esta línea: Mountains of the Mind y The Old Ways (de Robert MacFarlane), On Trails (Robert Moor), Notas de Viaje (Ernesto Guevara), Historia de los Caminos Colombianos (Alberto Montezuma Hurtado), The Great Inca Trail (Nick Stanziano), o Finding Abbey (Sean Prentiss). ¿Será que hago pública mi lista de libros por leer?

The hardest part was coming to terms with the constant dispiriting discovery that there is always more hill”. (p. 35)

Entre los libros que consigo busco mapas, ideas y anécdotas sobre estas expediciones. Casi siempre tengo una serie de preguntas en mi cabeza… La principal de mi madre es: «¿por qué le gusta eso?» Yo me lo pregunto frecuentemente. Pero también quiero averiguar ¿por qué colectivamente a Occidente (y a quienes siguen el son de su flauta) nos atrae tanto esa idea? ¿Qué es lo que busco? ¿Qué buscan tantos otros como yo? Si no está esa ‘naturaleza’, ¿dónde más puedo buscar eso que busco pero no puedo nombrar? Antes del auge de los deportes al aire libre, ¿qué hacía la gente para saciar esta ansia? Preguntas y más preguntas, y sí: más libros…

Y pensar que después de leer a Bryson la vida me llevó durante un par de días a ver algunos de esos ‘white blazes’. Sonreí al ver la primera de ellas entre los árboles. Para eso hay que leer: para que los lugares que visitamos -por azar, destino o elección- tengan un mayor significado, una nueva capa.

Citas:

  • “Who could tell? For all I knew I could be stumbling into some kind of helpless preconfusional state characterized by the fear on the part of the sufferer that he may be stumbling into some kind of helpless preconfusional state. That’s the trouble with losing your mind; by the time it’s gone, it’s too late to get it back.”. (p. 225)
  • “I thought for a moment, unsure. I had come to realice that I didn’t have any feelings towards the AT that weren’t confused and contradictory. I was weary of the trail, but still strangely in its thrall; found the endless slog tedious but irresistible; grew tired of the boundless woods but admired their boundlessness; enjoyed the escape from civilisation and ached for its comforts. I wanted to quit and to do this forever, sleep in a bed and in a tent, see what was over the next hill and never see a hill again”. (p. 271)

Bibliografía:

  • A Walk in the Woods: Rediscovering America on the Appalachian Trail
  • Bill Bryson
  • Turtlebackbooks
  • 304 Páginas
  • 1999

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