Tras terminar este último libro me ha quedado un ligero, extraño y amargo sabor en la boca; la pregunta sobre en qué punto de la balanza me ubico ha rondado permanentemente mi cabeza, sopesando una y otra vez cada una de mis acciones, ponderando si seré parte del rebaño, o, en cambio, un disidente.
Cartas a un Joven Disidente como tal no me gustó. Como obra de arte, obra literaria digna de emular, que será leída y releída por años y referenciada por jóvenes y viejos por igual, pues no es ese libro. Sin embargo, si lo pone a pensar a uno un poco.
Este libro llegó a mi prestado por un amigo –un trueque, temporal, por El Club de la Pelea; creo que él ganó más que yo. Lo leí pues es la misma editorial que ha publicado los libros que he conseguido de Kapuscinski (Ébano, Imperio, El Sha o La Desmesura del Poder, El Emperador), pero este no se le acerca si quiera… Me pareció más superficial que cualquier otra cosa, una conversación de egos: un profesor con un estudiante –fijo el sapo y el ñoño del combo.
Hay que fomentar el espíritu crítico, eso es cierto; hay que defender causas, eso es cierto; hay que leer, es más que cierto; pero nada de eso se consigue con este libro. Muy poco. Tal vez con otros, pero éste… por lo menos es corto. En lo que sí me puso a pensar este libro es en el rol de los mentores sobre la propia formación. La idea es genial, tremenda.
A pesar de todo, hay un par de frases célebres que cabe mencionar:
- “Ten presente, sin embargo, que la propia Utopía es una tiranía, y que mucho de lo que se habla sobre el ideal analgésico y exento de conflicto es igualmente más amenazador de lo que parece.” (pág. 50)
- “Al rechazar el perfeccionismo, no quiero que caigas en el error opuesto, que es el de aceptar la naturaleza humana tal como la ves.” (pág. 50)
- “Los que necesitan o quieren pensar por sí mismos siempre serán una minoría; la especie humana puede ser inherentemente individualista y hasta narcisista, pero colectivamente es muy fácil de controlar. La gente necesita que la tranquilicen y tener un sentido de pertenencia.” (pág. 116)
- “[…] mi recomendación de conducirse de un modo beligerante siempre que las circunstancias sean favorables e incluso algunas veces en que no lo sean: es un buen ejercicio.” (pág. 131)
- “No me parece que haya subrayado suficientemente sobre el elemento compensatorio o positivo de viajar. Del mismo modo que descubres que la estupidez y la crueldad son iguales en todas partes, también descubres que los elementos esenciales del humanismo son iguales por doquier.” (pág. 131)
- “Ya se divisa la fase o época siguiente; es la lucha por difundir el concepto de derechos humanos universales, y por equiparar la ‘globalización’ de la producción con la de un grado común de justicia y ética. Puede parecer de lo más suave; te aseguro que no será en absoluto una empresa mediana. Brindará campo de sobre para el radical más ambicioso.” (pág. 161)
- Cita de William Morris en un Sueno de John Ball: “Los hombres luchan y pierden la batalla, y aquello por lo que han luchado llega a pesar de la derrota, y cuando llega no es lo que ellos querían, y otros hombres tienen que luchar por lo mismo con otro nombre.” (pág. 161)
- “Por consiguiente, pienso que la ambición importante es la siguiente: que uno debe esforzarse en combinar el máximo de impaciencia con el máximo de escepticismo, el máximo de odio a la injusticia y la irracionalidad con el máximo de autocrítica irónica. Lo cual, en verdad, representaría optar por aprender de la historia en lugar de invocarla o disertar vacuamente sobre ella.” (pág. 163)
- Libro: Cartas a un Joven Disidente
- Autor: Cristopher Hitchens
- Editorial: Editorial Crónicas Anagrama
- Año de publicación: 2001
- Extensión: 167 páginas
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