El Lenguaje de los Perros – Turid Rugaas

176. El Lenguaje de los Perros: Las Señales de Calma – Turid Rugaas

Esto de leer varios libros de un mismo tema tan cerca en el tiempo el uno del otro se vuelve algo tedioso: ¡quisiera leer y escribir sobre algo más! ¿Será así un doctorado? Bueno, la situación se empeora pues no solo son los libros, sino la vida misma: las caminatas (CAN-inatas, pues son con perros), la alimentación diaria, las clases, las visitas al veterinario, los baños… ¡Tantos perros! Todo sea por volverme un experto… ¿Cómo será eso de volverse papá? ¿Así de intenso?

Los lobos y los perros tratan de evitar confrontaciones. Son animales que resuelven disputas. Somos nosotros, los humanos, lo que normalmente creamos conflictos entre nuestros perros y con nuestros perros.”. (p. 25)

Ahora bien, esta semana acabaré mi curso introductorio al adiestramiento canino. Lo que me lleva a reflexionar: ¿soy un experto? La verdad es que no. Como repitió mi profesor una y otra vez a lo largo de estas semanas: “Ustedes [con este curso] verán el tamaño de este universo que son los perros”. Ahora, considerando que ya con este han sido tres libros –Be The Pack Leader y Decoding Your Dog– que versan sobre perros, vuelvo y me pregunto: ¿soy un experto? ¿Sé más que la mayoría? La respuesta es la misma: no.

Tenemos, por un lado, el problema de cómo medir esto. Bueno, ¿qué es eso que estoy midiendo en el amplio mundo de los perros? ¿Conocimiento de cinología? ¿Etología? ¿El conocimiento de la historia de nuestra relación con los perros? ¿Cómo desensibilizar? ¿Es un examen práctico, o uno teórico? ¿Es uno de esos quices de razas del mundo? De esos que abundan en internet; es más, ya vuelvo, haré uno…

Tu perro se inmovilizará, se parará quedándose de pie, sentándose o echándose y permaneciendo quieto, sin mover un solo músculo, cuando otro perro mucho más grande se acerca demasiado y se pone a olisquearlo de arriba a abajo.”. (p. 35)

Luego, en este ejercicio tendría que poder establecer/medir qué tanto saben la «mayoría de las personas» sobre este amplio mundo que son los perros. A continuación, tendría que ser posible organizar dónde se encuentran estas personas en algo así como una campana de gauss de conocimiento canino. Finalmente, ahí sí podría evaluar mis propios conocimientos para luego ubicarme entre esta masa sin nombre. Idealmente, después de estos 3 libros, sabría más que la mayoría. ¡Complicado! Lo dudo.

Siendo esto tan difícil, me gustaría empezar por hablar sobre mi propia relación con los perros. En casa siempre hemos tenido la compañía de uno o varios perros. Principalmente han sido esa mezcla de guardianes y animales compañía que tanto nos gusta a los colombianos: un perro hogareño con buenos ladridos disuasivos. Hemos tenido perros de raza y algunos criollos; perros comprados, algunos regalados y mi gigante que es adoptado. En casa hemos convivido con cachorros y perros viejos, también varias perras han tenido crías bajo nuestra compañía; sí, ¡he visto partos perrunos!

Los perros, de hecho, son padres fantásticos y tenemos mucho que aprender de ellos. Hasta los 4 o 5 meses los cachorros gozan de un permiso especial que les autoriza a hacer casi de todo sin que los perros adultos puedan reaccionar. Y si ‘hablan con ellos’ lo hacen con dulzura, sin violencia.”. (p. 73)

Mi primer recuerdo canino es una labradora negra que era de mis padres y ya estaba aquí cuando yo llegué a dañarle el vividero. Mi primera perra, Matilde, una labradora dorada, la tuve a los 8 o 9 años pero no duró mucho. Luego llegó Linda, otra labradora dorada, amante del agua, quien ha sido la perra más longeva que hemos tenido. De pequeño, creía que tener perros era solo enseñarles un par de trucos, alimentarlos ocasionalmente y bañarlos cada tanto.

Años más tarde tuve a Lupe, una Dogo de Burdeós, fue mi primera perra siendo yo un adulto: las caminatas de volvieron diarias, hubo necesidad de seguros y registros, como también de un seguimiento cercano a su alimentación y visitas de chequeo con veterinarios.  En resumen, he tenido y he convivido con perros, me enseñaron mis padres quienes también tuvieron perros de niños, y creo que esto se va hacia atrás varias generaciones. ¿Me hace esto un experto en el tema?

Creo que no; es más, estoy seguro que no, sino que me afianza como alguien que sabe lo que sabe mayoría. Este libro de Turid Rugaas me ha permitido ver con cada página un poco más lo inexperimentado que soy. Las Señales de Calma es un texto corto que habla sobre algo bastante específico: las señales de apaciguamiento. ¿Qué son? Me pregunté en un momento con honestidad, pues hasta hace unas semanas nunca había oído de ellas. Para la autora, una experta en comportamiento canino, son una serie de movimientos que los perros emplean entre ellos (y a veces con nosotros) para tranquilizar, reducir la tensión, invitar a la calma o mostrar su buena disposición, en sus interacciones. Son gestos y secuencias de movimientos que involucran rostros, cabeza, cuello, patas, tronco. ¿Algunos ejemplos? La autora hablaba de giros con la cabeza, ojos más cerrados, cuando los perros se quedan inmóviles o se finger distraerse con algo más. Es una lista, que aquí no les compartiré.

Tratemos de resumir las características más destacadas de las señales de calma: a diferencia de las señales de amenaza, que tienden a crear distancia, a mantener alejado a alguien o a inducirlo a huir, las señales de calma tienden a tranquilizar, a reducir la ansiedad, el estrés, la rabia y todo lo que pueda crear una situación de conflicto. Podemos llamarlas señales de apaciguamiento, pacificadoras, anti-tensión, tranquilizadoras o utilizar cualquier otro término, pero la esencia no cambia: tienden a crear un clima tranquilo y evitar el enfrentamiento.”. (p. 62)

Turid Rugaas buscó categorizar un tipo de comunicación no verbal que ha identificado en los perros con los cuales ha trabajado a lo largo de su vida. Puntualmente, aquellos gestos que buscan evitar, apaciguar, calmar. Apenas los identificó, quiso escribir su libro, puesto que se queja del énfasis que el mundo del adiestramiento (de las mascotas, en general dentro del mundo de la conducta canina), ha prestado a las señales más agresivas. Estas últimas señales que por esencia buscan ser visibles, intimidatorias, de advertencia, son movimientos que nacen del miedo, de la incomodidad, de los límites sobrepasados. Pero, ¡no son todo lo que un perro logra comunicar! En cambio, en su opinión, las también llamadas “señales de calma” existen, merecen ser visibilizadas y estudiadas. Concuerdo: si queremos tener una mejor relación con los perros es importante reconocer su amplia capacidad de comunicación.

Este es otro libro más sobre los perros, sobre nuestra relación con ellos y su conducta. Ahora, algo que me ha parecido interesante en mis 3 lecturas como experto (¡sobre todo!) es la falta de reflexión sobre nuestra relación con los perros. ¿Por qué tenerlos? ¿Cómo convivir con ellos mejor? ¿Merecen ser mascotas? Preguntas todas que yo llamaría de corte ético. ¿Adónde podré ir? ¿Será que obtendré respuestas con Peter Singer? En esta misma onda, ¿por qué no tener preguntas de corte político con respecto a los perros? ¿Encontraré libros, o ensayos, dónde se cuestione la relación de subordinación, dónde se reflexione sobre el rol del perro en la violencia histórica del hombre contra el hombre? ¿Lo podré encontrar tal vez entre las reflexiones de Donna Haraway?

Mi propia relación con los perros era de alguien quien, a punta de conocimiento empírico casi que exclusivamente de su propio ensayo y erros, se consideraba un conocedor de perros. Ahora, con este curso y tras reflexionar qué hace a un experto, reconozco que es grande mi desconocimiento del tema. Tan grande es que nunca había oído hablar de este libro, ni de Turid Rugaas hasta este año. Tampoco había oído hablar de las señales de calma, ni de los comandos de liberación, así como palabras como etología no pasaban por mi argot.

¿Será que la mejor manera para ir midiendo mi propio conocimiento es ir identificando aquellos espacios dónde no tengo conocimiento? ¿Un lento proceso de reconocer mi propia ignorancia? Como sigo siendo un desconocedor acá tengo otro libro de perros sobre mi escritorio: Genios de Brian Hare y Vanessa Woods. ¿Será que arranco o busco algún otro tema…? Ya soy un experto, puedo dormirme en los laureles.

Bibliografía:

  • El Lenguaje de los Perros: Las Señales de Calma
  • Turid Rugaas
  • Traducción de Mari Luz Perea Costa y Benigno Paz Ramos
  • Edición Revisada y Ampliada para el 25 Aniversario 
  • 2019 (2021 Edición en Castellano)
  • 125 páginas
  • Impreso en España

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