El Primer Aniversario de La Lista.

Primer aniversario de la lista: leídos 48 libros

A lo largo de este primer año he leído más de lo que jamás habría imaginado, dándome cuenta que es posible tener más arte y conocimiento en la vida; es tan sólo es querer hacerlo y tomarse unas molestias.

Así y todo, me he cruzado con tres problemas que he tenido que mirar cómo rayos resolver. A esos tres he decidido darles grandes nombres, no reconociendo así que no son más que piedrecillas en el camino.

El primero, la creación de la materia: conseguir los libros. Hay muchos que no llegan, que no son traducidos, que no son importados. Ahora bien, como nadie puede generar materia espontáneamente he tenido que recurrir a:

  • Préstamo de libros: los amigos y la familia son siempre la primera línea para conseguir un libro. Lo más fácil (e intrusivo) siempre es la inspección de la biblioteca ajena.
  • Bibliotecas públicas: permiten el acceso a miles de libros a un muy bajo precio; en muchos casos (universidades y colegios) a ningún precio.
  • Audio libros: una opción más costosa, pero cómoda, es buscar los libros en formato de audio libro. Yo tengo una plataforma de mi predilección. El principal beneficio que he encontrado es con los libros más recientes y los publicados en inglés.
  • Compra de libros en línea: cuando todo lo demás falla siempre se puede pedir el libro en línea.
  • Modificar los antojos: este es fácil y consiste en cambiar la preferencia de gustos, leyendo lo que esté disponible. Uno se encuentra con grandes sorpresas al hacerlo. Por ejemplo, en casa tengo dos librerías cuyos libreros son personas cultísimas. Gracias a ellos siempre termino llevando algún nuevo libro; algunos de los cuales nunca habría leído de no ser por su recomendación.

¿Qué me ha hecho falta?

  • Intercambios de Libros: parecido al préstamo de libros, pero se hace con extraños; todavía no lo he llegado a ver en Colombia. Es una gran manera para conocer gente que tenga un tema en común: ¡el amor por la literatura!
  • Librerías de Libros Usados y de Segunda: estos escenarios me fascinan, pero, hay plazas de plazas. Algunas ciudades tienen una movida de libros de segunda importante, con buenas y surtidas librería; otras, no tanto…

El segundo, el binomio tiempo-espacio, intenta resumir dos problemas: dónde y cuándo. La lectura no es prioritaria, como tampoco abundan los espacios para hacerlo. Entonces, el querer leer es una pelea contra el entorno: cafés bullosos, personas hablando en voz alta, espacios no diseñados para leer, personas que no se interesan si el de al lado lee (o trabaja o estudia), la cortesía es rara, los modales aún más. Todo esto ha llevado a trasladar la lectura a un espacio puntual: la esfera de lo privado. Por ahora, esa es la solución: leer en casa, reservando un buen tiempo para ello, así como un lugar cómodo e iluminado.

Sin embargo, ¡vendrá el día en que logre sacar la lectura del hogar! En ese glorioso momento lectores y libros invadiremos las calles, los buses y las plazas para no volver a recluirnos más nunca. ¡La sociedad debe volverse algo más dada a la lectura, la introspección, el silencio, la soledad! La lectura pertenecerá al espacio público.

Por último, la sumatoria de vectores: las fuerzas que pueden comprometer un ejercicio lector, frente a las fuerzas que pueden ayudarlo. Fuerzas contrarias frenan, fuerzas en su misma dirección impulsan. Hay una serie de cosas que quien lee debe evitar, hay otras que sirven bastante para leer más. Este es mi resumen:

  • Buscar eventos y personas afines. Arte, cultura, conocimiento, literatura. Abundan a nuestro alrededor, tan solo es salir a buscarlos y no quedarse esperando a que caigan del cielo.
  • Evitar los estímulos distractores: Respirar profundamente antes de leer, esto para evitar los estímulos que vengan de dentro, luego este ejercicio nos permitirá dejar el celular en silencio y evitar así los estímulos de fuera. Evitar siempre las distracciones innecesarias. Cuando es a leer, es a leer.
  • Disfrutar las charlas más insulsas: medir estas charlas justamente por lo que son, no todos los días tendremos conversaciones que cambien el mundo, pero, siempre estaremos en contacto con otros, y, hablando con ellos nos sorprenderemos de aquello que pueden guardar, pensar, temer, saber. Aprendiendo a hablar con la gente mejoramos nuestra habilidad lectora,

Por último, quiero cerrar con una recomendación:

La lectura, nunca, nunca, debe ser una excusa ni un pretexto para:

  1. Evitar la interacción con otras personas; o,
  2. Ausentarse de experimentar el mundo.

La vida humana se enriquece con la interacción con otros. La lectura debe ser un medio para tender puentes, para acercarnos a quienes son diferentes, para tener empatía. Una buena vida está compuesta por momentos con otras personas. Los libros no son sino una manera de ir recopilando las experiencias acaecidas en el mundo por humanos y entre humanos. La experiencia humana se simplifica en un dónde y en con quién, no nos perdamos de eso por leer.

Por último, leer durante este tiempo ha sido un ejercicio supremamente productivo. Hacer con juicio algo que tanto me gusta me ha llevado a crecer personal y académicamente. Leer es algo que siempre he amado, pero, siempre he añorado una cosa: que a más personas les guste tanto como a mí. La interacción con otras personas es uno de los grandes placeres de la vida y qué mejor que poder compartir lo que se quiere con otros.

  • Se cierra el primer año con un conteo de 48 libros leídos.
  • Tengo por delante 9 años más del proyecto para ver cuán lejos llego.
  • Hoy me estarían faltando 952 libros para lograr mi cometido.
  • También tengo por delante una vida entera para seguir leyendo.
  • En cualquiera de los dos escenarios soy yo quien gana.

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