El Sha o la Desmesura del Poder

No es mi culpa haber terminado con otro más del polaco ¡Es que ya me sabía el camino! Llegué casi que por reflejo, en piloto automático… [miento y me rio maliciosamente] Tuve una temporada fuerte de Kapuscinski esta semana de receso. Aún la sigo teniendo: en mi mesa de noche está El Emperador también de nuestro amigo polaco.

¿Y a él por qué no le dieron el Nobel? Qué talento, qué habilidad, qué prosa, qué historias…

En El Sha, Kapuscinski cogiendo fotografías, notas de su cuaderno y recortes de periódico –que no llega a ver nunca el lector- va contando la serie de eventos (políticos, sociales, económicos) que eventualmente llevaron a la caída de la dinastía Pahlevi y el ascenso al poder del régimen de los Ayatollah, de la República Islámica. De una manera cautivadora comenta cómo las ansias de poder, de riqueza, de tener un lugar en la historia, sumados con una opulencia material sin parangón (así como recursos financieros ilimitados), hicieron del Shah una persona cada vez más inconexa con su país. Eso pasa en los países tan divididos económicamente hablando: los ricos y los pobres viven en sociedades que corren en paralelo y no interactúan. ¿Dónde más he visto algo así?

Él, Pahlevi, pese a sus planes magníficos de gloria (personal), de entrar en la modernidad (más por un tema de su autoimagen que por un deseo de mejorar las condiciones de vida nacionales), no llegó a entender ni a su país, ni las necesidades de su gente. Simplemente quiso entrar en la historia, y lo logro, pero de qué manera…

Para un gobernante su pueblo es como un libro. Hay que sentarse a leerlo, a entenderlo, incluso hay que releerlo. No disponer de sus páginas como si fuese su bitácora personal y escribir sin miramientos sobre la tinta. El presidente, el rey, el Shah, tan solo lee, de él depende leer más rápido, o más despacio; pero siempre tiene que ser humilde y reconocer que toda historia es digna de ser contada. ¡Nada de reescribir al antojo! ¡Menos destrucción arbitraria (y desde arriba) del pasado! Permitamos que la gente cree comunidad, que las personas construyan la sociedad en la cual quieren vivir. Bajémosle a eso de “yo si sé en qué sociedad quieren ustedes deben vivir”. Mejor estaríamos con más liderazgo en diversos niveles de la sociedad, no únicamente en las esferas más altas. Desde tan arriba no ven muy bien.

Hay tanto que podríamos aprender nosotros en nuestra pequeña república bananera de la eterna patria boba. Si tan solo fuéramos más humildes y un poco más críticos. Tantos puntos en común… Además, tanto ellos como nosotros debemos recordar las sabias palabras: El poder corrompe, y el poder absoluto, corrompe absolutamente.

Bueno, Irán sí que es un tema interesante. ¡Cuánto me gustaría poder llamarlo todavía Persia! Pero eso por ahora no se puede… Tengo un par de libros en mi biblioteca de este milenario pueblo. Aunque ambos hablan del Irán de después de la Revolución: Iran’s Revolutionary Guard (S.K. O’hern) y Independence Without Freedom (R. K. Ramazani). También sospecho que ambos tienen una visión algo sesgada… Deseo tanto leer esos poetas de los que he escuchado. De esa nación han salido grandes mentes.

Bueno, hay unos libros que me faltan por leer de R. Kapuscinski y que pienso conseguir ahora sí para adornar mi biblioteca:

  • El Mundo de Hoy

  • Viajes con Heródoto

  • Cristo con un fusil al hombro

  • Un Día Más con Vida

  • Los Cínicos no Sirven para este Oficio

Los dejo aquí por si alguien está pensando en un lindo regalo para mí.


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