Feral – George Monbiot

Feral: Rewilding the Land, the Sea, and Human Life

– George Monbiot

Feral explora una estrategia de preservación/conservación -de manejo de áreas naturales- que ha ido poniéndose de moda hasta convertirse en una palabra de hasta 7 significados -ver Dolly Jørgensen (2014)-: a veces rewilding significa volver a traer a los depredadores, a veces es reemplazar la megafauna extinta (mamuts lanudos u osos perezosos gigantes) con algún mamífero vivo (¡entiéndase elefantes!), otras veces es modificar un paisaje…

Estos múltiples significados son evidentes en Monbiot, quien recorre algunas partes del mundo para ver las diversas experiencias que llevan este nombre. Él respalda dos definiciones de qué es rewilding (p. 10): la restauración de los ecosistemas (muy en la línea del Wilderness = áreas vacías de humanos) y el hacer de la vida humana algo más salvaje (recomiendo su TED For More Wonder, Rewild the World). En última instancia sus definiciones parecen chocar: ¿quitar «lo humano» de «lo natural», volviendo lo humano más natural?

«Conservation should be about how we can live in nature. When it deviates from that, you forget that you’re still looking at it from a human perspective. I think rewilding is an oxymoron. As William Cronon points out, if you argue for wilderness for its own sake, you’re still imposing a human point of view.” (p. 177)

If rewilding took place it would happen in order to meet human needs, not the needs of the ecosystem. That, for me, is the point of it.” (p. 179)

Al cabo, toda esta labor la desarrolla con el objetivo de [tambores]: ¡impulsar las prácticas de re-wilding dentro de Gran Bretaña! Casi siempre -sino siempre- vuelve a su tierra. Su propuesta no es ir a cambiar las cosas “por allá”, sino que se preocupa por un hogar más salvaje y con menos ovejas… Está obsesionado con ellas y vuelve a mencionarlas constantemente. Monbiot se preocupa por los valles británicos, por los picos escoseses, por los amplios mares de verdes pastizales de Gales (que odia más que nada), los cotos de caza, las veras de las carreteras, los ríos contaminados por las minas, el vacío océano alrededor …

En general comparto que tiene que haber más vida que la humana -específicamente la humana-urbana-consumista. Ciudades y campos hacen casi imposible la vida no humana dentro de ellos. Son escenarios de devastación dónde la pervivencia de una única especie -de homínido o grano genéticamente modificado- se erradica toda la otra vida que hay en ellos. Tristemente el bio-cidio se extiende: fuentes de agua corriente contaminadas, composisiones químicas del mar alteradas por siempre, planetas que brillan, y así… Todo por lograr espacios controlados, predecibles, cómodos, libres de todo lo no doméstico –incluso lo doméstico está altamente regulado.

“These policies often appear to have been informed by the same impulse that has driven some farmers to destroy lone trees and archaeological traces: a desire for tidiness. (p. 82)

Las estrategias de re-wilding están cargadas de fuerzas contradictorias. Solo es pensar en ejemplos a mi alrededor para verlo. Por ejemplo, la re-introducción de animales acepta unos, pero no otros: los castores son permitidos en Jutland, pero no así los lobos. Aquellos no-humanos que se introduzcan solos serán perseguidos, como el perro mapache. Precisa de altísima intervención humana: los bisontes europeos re-introducidos en Bornholm están cercados; los jabalíes se mantienen fuera por medio de una valla. A pesar que hablamos de naturaleza (?) hay fuertes sesgos culturales: se precian especies relacionadas con una nación o estilo de vida particular -esta es una historia que se repite en la conversación sobre el medio ambiente.

El tema de ciudades más salvajes (o al menos cómodas para los no-humanos) es incipiente -el esfuerzo siendo liderado desde comunidad científica (Museo de Historia Natural de Aarhus) y sociedad civil (City of Species). Ni hablar de las connotaciones machistas dentro de esta defensa de un mundo más salvaje, cargado de aventuras, peligros, riesgo, ¿dónde se prueba la hombría? ¿Crisis de la edad media?  Por ejemplo, en su defensa por una vida humana más salvaje Monbiot intercambia salvaje con entretenido o dinámico, algo que me llevó constantemente a preguntar: ¿crisis de la edad media? Anna Tsing en un artículo sobre Dinamarca (2017) hace una interesante reflexión sobre esto.

By equipping myself with knowledge of the past while imagining a rawer and richer future, I had banished my ecological boredom. The world had become alive with meaning, alive with possibility.” (p. 256)

I felt a curious mixture of shame and triumph. I had confronted the casual power of nature and – no, not won, no one ever wins – survived.” (p. 265)

Este libro me trajo con frecuencia a esa literatura que cada vez leo más, y veo más en las estanterías. Libros que acercan al público citadino a cómo comprendemos el mundo natural -como The Serenguetti Rules de Sean B. Carroll. Libros que mencionan la importancia de un vínculo más cercano con los espacios naturales -como The Nature Fix de Florence Williams. Los libros que critican el modo de vida actual urbano, sedentario, flojo, carente de estímulos, predecible, controlado, climatizado –Lo Que No Nos Mata de Scott Carney. Incluso aquellos libros que recopilan una experiencia individual en la naturaleza –One Man’s Wilderness. Recuerdo a Alain de Botton y reflexiono ¿será cierto que la religión fue reemplazada por un culto a la naturaleza? ¿No estamos buscando, entre bosques, senderos y ríos, lo que antaño se buscó por medio de la meditación, las penitencias, o en una catedral?

“The act preserving Yellowstone – and its clearance of native people – became the model for the creation of national parks throughout the Union, and in many other parts of the world.” (p. 202)

Son pocos los casos que conozco de manejo de áreas silvestres, pero con lo que sé quiero hacer una reflexión ahora que terminé de leer a Monbiot. Está el caso Estadounidense, dónde cuatro agencias manejan los espacios naturales, y amplísimas extensiones fueron liberadas de humanos para hacer campo a las huestes provenientes de ciudades alienantes y suburbios repetitivos. Lobos se introducen en Yellowstone, mientras plantaciones genéticamente modificadas se rocían con más pesticidas y herbicidas. ¿Es re-wilding lo que necesitan? ¿Es promover una división aquello a lo que debemos apuntar para convivir mejor con lo no-humano? Luego, el caso Danés, dónde el paisaje está atravesado por senderos, autopistas, y pueblos; dónde vastísimas extensiones de monocultivos son flanqueados por bosques en los que se privilegian especies de árboles nórdicos. ¿Es re-wilding suficiente? ¿Es mezclar «solo un poco más» lo social y lo natural, como pide Monbiot, para tener más naturaleza allí y encuentros más entretenidos acá? Finalmente, el caso colombiano, dónde áreas protegidas y sin proteger son asediadas por monocultivos (de cacao, ganado, palma africana, y coca), existe el riesgo de la muerte por violencia humana (¿verá Monbiot esto como algo divertido?), pero el público no puede explorar.

¿No es re-wilding una estrategia que atiende al estilo de vida de las sociedades post-industriales del Norte?

¿Dónde están las experiencias no urbanas y no europeas en esta discusión?

Citas:

  • “The more we understand about how ecosystems work, the less appropriate certain conservation policies appear. As I have explored the powerful effects that some species exert on animals and plants to which, at first, they have no obvious connection, I have begun to understand the extent to which the farmed and managed systems many conservationists defend are empty shells.” (p. 83)
  • “One of the most fascinating discoveries in modern ecology is an abundance of trophic cascades. A trophic cascade occurs when the animals at the top of the food chain – the top predators – change the numbers not just of their prey, but also of species with which they have no direct connection. Their impacts cascade down the food chain, in some cases radically changing the ecosystem, the landscape and even the chemical composition of the soil and the atmosphere.” (p. 84)
  • “Ecologists are not always aware of the extent to which the systems they study have been altered by humans: that the life they describe has been greatly simplified and diminished.” (p. 92)
  • “Strong as the case for change may be, agricultural hegemony is so potent that to challenge farmers and landowners is almost taboo.” (p. 166)
  • “Conservationists sometimes resemble gamekeepers: they regard some of our native species as good and worthy of preservation, others as bad and in need of control.” (p. 222)

Bibliografía:

  • Feral: Rewilding the Land, the Sea, and Human Life
  • George Monbiot
  • University of Chicago Press
  • Chicago
  • 2014
  • 319 páginas

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